El uso de la terminología correcta es fundamental cuando se trata de enseñar a los niños, niñas y adolescentes sobre el cuerpo humano, especialmente en lo que respecta a la anatomía y el funcionamiento biológico. El cuerpo humano es asombroso y complejo, con muchos mecanismos y sistemas interesantes que no deben ser ignorados por vergüenza o pudor. Es crucial que los jóvenes aprendan sobre su cuerpo de manera adecuada y precisa, ya que esto les permitirá sentirse más cómodos y empoderados en su propia piel.
Cuando los niños, niñas y adolescentes aprenden a usar la terminología anatómicamente correcta, especialmente en lo que respecta a sus genitales, no solo adquieren una comprensión más profunda de su cuerpo, sino que también desarrollan una mayor confianza en sí mismos. El lenguaje que los padres utilizan al hablar sobre el cuerpo desnudo con sus hijos e hijas juega un papel clave en cómo ellos perciben y aceptan su propio cuerpo. Además, esto abre la puerta a conversaciones importantes sobre por qué existen diferencias entre los genitales masculinos y femeninos.
Es importante destacar que, aunque la mayoría de las personas nacen con genitales claramente masculinos o femeninos, existe una pequeña porción de la población, aproximadamente un 2%, que nace con genitales que no se ajustan a estas categorías tradicionales. En estos casos, el término «hermafrodita» es considerado obsoleto. En su lugar, se emplea el término «intersexual» para describir a las personas cuyos genitales o características hormonales no son exclusivamente masculinas o femeninas. Es fundamental utilizar la terminología correcta para fomentar una comprensión inclusiva y respetuosa del cuerpo humano.
Enseñar a los niños y adolescentes sobre la diversidad de los cuerpos, incluyendo las variaciones naturales en genitales, es esencial para evitar que se vean influidos por la cultura pornográfica tóxica que a menudo representa imágenes poco realistas y dañinas del cuerpo humano. La pornografía mainstream suele mostrar hombres con penes exageradamente grandes, pechos de silicona, y vulvas depiladas y quirúrgicamente alteradas, lo que puede distorsionar la percepción que los jóvenes tienen de su propio cuerpo.
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