Durante la etapa de la preadolescencia, comprendida entre los 9 y 12 años, los niños y niñas suelen estar más abiertos a comunicarse con sus padres y recibir orientación.
Sin embargo, este período de receptividad cambia rápidamente con la llegada de las hormonas y la influencia de los grupos de amigos. Los cambios hormonales y cerebrales pueden ocurrir de manera repentina, transformando conversaciones cercanas como «¿Puedes ayudarme, mamá?» en actitudes más distantes, como «¿Por qué querría tu ayuda, papá?».
Este desarrollo es apropiado y esperado en los púberes y preadolescentes, quienes comienzan a desafiar a sus padres y a formular sus propias opiniones. A medida que se alejan de la ideología de sus padres y se acercan a la de sus compañeros, estos jóvenes empiezan a buscar independencia. En algunos momentos, pueden pensar que ya son lo suficientemente grandes para tomar decisiones sin consultar a nadie, mientras que en otros recurrirán a la ayuda de sus padres, ya que su desarrollo aún no está completo y pueden comportarse de manera infantil.
Aunque los preadolescentes aún están dispuestos a mantener la comunicación con sus padres, si esta no es sólida desde el principio, abordar temas delicados como el sexo y la pornografía puede convertirse en un desafío mucho más complejo y penoso.
La curiosidad sexual se intensifica en esta etapa, y los niños comienzan a buscar respuestas sobre las relaciones sexuales, los cambios en sus cuerpos, la reproducción, y cómo ocurre el sexo. Con este cambio hormonal, es probable que experimenten atracción sexual hacia otras personas e incluso exploren sus cuerpos en busca de respuestas.
No es raro que en esta búsqueda de independencia y privacidad, algunos niños recurran a Google para encontrar respuestas a sus preguntas, manteniendo en secreto sus búsquedas debido al temor de ser juzgados o castigados.
Sin embargo, la última cosa que los padres desean es que sus hijos busquen información sobre su desarrollo sexual en internet, ya que cuanto más exploren, más satisfechos podrían sentirse con lo que encuentran. El riesgo, sin embargo, es que al buscar términos relacionados con su curiosidad sexual, es probable que se topen con contenidos inapropiados o incluso pornografía, lo que podría llevar a una mala comprensión del tema.
Para prevenir la exposición a la pornografía y guiar adecuadamente a sus hijos en esta etapa crítica, se recomienda a los padres seguir las redes sociales de Redes con Límites Seguros para obtener más información sobre cómo proteger a niños, niñas y adolescentes de los peligros en línea.
Comentarios recientes