Una de las consecuencias más evidentes de vivir en una cultura saturada de pornografía ligera es la constante exposición de niños, niñas y adolescentes a imágenes sexualizadas que, en épocas anteriores, habrían sido consideradas inapropiadas. Hoy en día, es fácil encontrar estos contenidos, ya sea caminando por la calle, revisando una revista, viendo televisión, navegando en Instagram o incluso jugando videojuegos. La juventud actual, que ha crecido inmersa en esta cultura popular hipersexualizada, tiende a normalizar lo que generaciones anteriores consideraban fuera de lugar, viéndolo como algo común o incluso atractivo.
Esta exposición constante a la imagen hipersexualizada de hombres y mujeres distorsiona su percepción de lo que significa la masculinidad y la feminidad, creando expectativas inalcanzables. La cultura de las celebridades, con cuerpos «perfectos», es un reflejo de esto. Estos cuerpos han sido moldeados por años de cirugía plástica, entrenamiento exhaustivo, dietas estrictas y tratamientos estéticos. Como resultado, los jóvenes pueden llegar a creer que un cuerpo saludable y normal está «equivocado» si no tiene abdominales marcados, piel bronceada, dientes blancos y otras características exageradas o irreales.
Incluso estos cuerpos «perfectos» son criticados por algunos, lo que refuerza la idea de que cualquier cuerpo común es imperfecto. Este bombardeo constante puede hacer que nuestros niños, niñas y adolescentes desarrollen inseguridades sobre su apariencia física, llevándolos a creer que no son lo suficientemente buenos o atractivos.
Si quieres saber cómo ayudar a tu hijo o hija adolescente a no caer en estos estereotipos falsos e inalcanzables, no olvides seguir las redes sociales de Redes con Límites Seguros para obtener más información y consejos útiles.
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