Es fundamental enseñar a los niños, niñas y adolescentes el nombre correcto de sus partes privadas por varias razones importantes:
1. Fomenta el autorespeto y la autoestima
Utilizar los nombres anatómicamente precisos para las partes del cuerpo promueve el respeto por uno mismo y resulta empoderante. Al usar los términos correctos y evitar apodos o expresiones despectivas, enviamos el mensaje de que estas partes del cuerpo no son tabú y se pueden hablar con naturalidad, al igual que sobre los ojos, la nariz, las orejas o los pies. Este enfoque refuerza el autocontrol y la autoestima, especialmente durante la preadolescencia, cuando la confianza en el propio cuerpo es crucial.
2. Desmitifica el cuerpo
Cuando los niños y adolescentes tienen la información correcta sobre la desnudez y sus cuerpos, son menos propensos a buscar pornografía. Entender que los genitales no son sucios ni algo de lo que deben avergonzarse les permite enfrentar con mayor seguridad cualquier exposición accidental a contenidos inapropiados. Además, contar con padres que se abren a dialogar y se convierten en una fuente de información confiable ayuda a evitar que los niños busquen respuestas en la pornografía, llenando así un vacío de conocimiento de manera saludable.
Brindarles a nuestros niños, niñas y adolescentes la información correcta sobre sus cuerpos no solo los protege, sino que también los equipa para pensar de manera crítica sobre lo que ven y escuchan, especialmente en relación con la cultura pornográfica. Si deseas aprender más sobre cómo abordar estos temas y brindarles la información adecuada, sigue las redes sociales de Redes con Límites Seguros para más consejos y recursos.
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