Hoy vamos a platicar lo que le paso a Samuel, un chico de 14 años que comenzó a ver pornografia desde los 11 años.

Samuel obtuvo un smartphone o teléfono inteligente como regalo de cumpleaños. Sus papás estaban preocupados por mantenerlo a salvo en internet, así que añadieron los controles parentales básicos y se esforzaron mucho en enseñarle los problemas que podría enfrentar en las redes sociales, explicándole las políticas de privacidad y cómo estar seguro.

Aun así, Samuel inevitablemente se topó con pornografía al hacer clic en un enlace de videos en internet, redes sociales y videojuegos. Samuel, como cualquier niño, fue muy curioso, lo cual es comprensible. Aunque se sintió un poco confundido y conmocionado por las imágenes y el contenido, lo cual es una respuesta completamente normal dada su edad y nivel de madurez, decidió mostrar esos videos a algunos de sus amigos en la escuela para ver qué opinaban. Algunos de ellos se rieron nerviosamente y dijeron que no pasaba nada, pero Samuel sintió que también estaban un poco perturbados, aunque no quisieron admitirlo.

Samuel no tenía idea de que era ilegal y dañino mostrar estas imágenes a otros porque nadie le había hablado sobre los peligros de la pornografía. Aunque intentó evitar seguir hablando del tema con sus amigos, desafortunadamente no dejó de ver ese tipo de contenido. Samuel no sabía cómo hablar con sus padres sobre esto, ya que nunca habían abordado el tema con él. Para él, esto significaba que la única forma de lidiar con la pornografía era seguir viéndola en secreto. Samuel no entendía que la pornografía podía afectar la forma en que los demás lo veían y cómo él se veía a sí mismo, su cuerpo, las mujeres y sus amistades.

Ver pornografía habitualmente había empezado a hacer que su cerebro pensara que el tipo de sexo que veía en esos videos era normal, si seguía sin ningún tipo de orientación o intervención, se ponía en riesgo de convertirse en un posible adicto. Los padres de Samuel, como muchos otros, no tenían idea del tipo de pornografía violenta y extrema que él estaba viendo, por lo que no pudieron protegerlo ni educarlo antes de que fuera demasiado tarde.

Naturalmente, muchos padres pueden encontrarse en situaciones similares y convertirse en padres ansiosos y confundidos sobre el estado de su hijo ante esta situación. Tal vez tú te identifiques como uno de los papás de Samuel. Por esa misma razón, Redes con Límites Seguros te guiará a través de una serie de conceptos y cursos para evitar este tipo de problemas, como el que vivió Samuel. ¿Quieres saber más? Sigue nuestras redes sociales para obtener más información sobre cómo proteger a tus hijos.

Extraído de: Culture Framed.

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